La situación actual provocada por el coronavirus en España ha revolucionado nuestras vidas, en especial la de las personas recluidas en prisión. Tras la proclamación del estado de alarma, el Ministerio del Interior decidió suspender las comunicaciones y permisos en todos los centros penitenciarios, restringiendo así uno de sus contactos más importantes con la vida en libertad.
Antes de conocer el impacto que esta decisión ha tenido en la vida de los reclusos, es importante destacar el papel de las comunicaciones y visitas en las prisiones como un factor esencial para entender los efectos que producen en los reclusos y su influencia en el proceso de reinserción social.
Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Vivimos en sociedad, interactuando constantemente con otras personas: con la dependienta de la tienda a la que vamos a comprar, con el taxista que nos lleva a casa, con nuestra familia y nuestros amigos. Existen infinitas situaciones en las que la comunicación con las personas que nos rodean es libre, extensa y está en constante movimiento. Pero, ¿qué ocurre cuando nuestras relaciones sociales se ven limitadas?
En la gran mayoría de los casos, el ingreso en prisión supone un quebradero de cabeza tanto para los internos como para su entorno más cercano. La tristeza, el miedo y la frustración son sentimientos habituales ante la incertidumbre de no saber cómo funciona el sistema penitenciario. ¿Qué tengo que hacer para ir a ver a mi hijo a la cárcel? ¿Puedo ver a mis amigos si estoy en prisión? ¿Y a mis hijos? ¿Pueden intervenir las comunicaciones con mi abogado? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes en un primer momento. En la actualidad Instituciones Penitenciarias cuenta con gran número de recursos y servicios que facilitan la resolución de estas dudas. Algunos de ellos son la creación del folleto denominado “La prisión paso a paso” que se entrega a todos los internos a su ingreso, y que recoge información útil y básica para conocer el funcionamiento del centro penitenciario, entre ellos el régimen de comunicaciones y visitas.
En el caso de las personas del exterior, existe en cada centro penitenciario un Departamento de Información al Exterior o Atención al Público, donde familiares y allegados pueden conocer la situación del interno e informarse sobre el procedimiento para poder comunicar con los mismos, enviar paquetes o dinero, entre otros procedimientos.
Fomentar desde un primer momento el contacto con el entorno social durante la estancia en prisión es una de las funciones principales del sistema penitenciario, se constituye como un derecho de los internos “a las relaciones con el exterior previstas en la legislación” regulado en el art. 4.2 e) del Reglamento Penitenciario de 1996, y contribuye a cumplir con la orientación prevista por el legislador de las penas y medidas de seguridad privativas de libertad hacia la reeducación y reinserción social, como cita nuestra Carta Magna.
¿Qué tipo de comunicaciones existen en un centro penitenciario?
Las comunicaciones que se realizan en las prisiones se pueden dividir en:
Las formas de comunicación con el exterior son amplias y cada una engloba una serie de condiciones establecidas reglamentariamente; no obstante, existen diversas Circulares e Instrucciones de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que van introduciendo modificaciones basadas en las necesidades actuales.
En este aspecto, la evolución de las tecnologías de la información y la comunicación TICs han facilitado el procedimiento y registro de estas comunicaciones. Por ejemplo, gracias a la creación del SIA (Sistema de Identificación Automatizada), a día de hoy se puede recoger la impresión dactilar de los internos a la entrada y salida de las comunicaciones a través de dicho sistema sin necesidad de su impresión manual. O en el caso de comunicaciones con Abogados o Procuradores, el volante del respectivo Colegio que debe acreditar su condición de defensor o representante del interno y que se exige para realizar la visita también puede emitirse a través de certificado digital, y cuyo validez es similar al volante físico.
¿Qué papel juegan en el proceso de reinserción social?
Más allá de ser un derecho, las comunicaciones con el exterior deben fomentarse además como un factor psicológico muy potente. Su influencia en la evolución del tratamiento es esencial ya que supone un estímulo de motivación al cambio y promueve la participación de los internos en su programa de tratamiento y en las diferentes actividades del centro. Mantener el contacto social durante la estancia en prisión asegura la consolidación de sus relaciones en el exterior, incrementa la sensación de seguridad y respaldo en la familia y el entorno, mejora la autoestima de los internos y reduce los efectos de la denominada “prisionización”. Además, el desarrollo de las comunicaciones de manera correcta y sin incidencias también es un aspecto a valorar en las concesiones de posibles beneficios penitenciarios y recompensas.
¿Cómo ha influido el COVID-19 en los reclusos y su contacto con el exterior?
Con la entrada en vigor del Real Decreto 463/2020 que declara el estado de alarma para gestionar la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, en el ámbito penitenciario el Ministerio del Interior decidió suspender las comunicaciones y permisos de los internos en todos los establecimientos penitenciarios del territorio español.
Para paliar los efectos negativos de dicha suspensión, garantizar la seguridad y el buen orden del establecimiento, así como proteger la salud de los internos y evitar el riesgo de contagios procedentes del exterior, la suspensión de las comunicaciones orales y especiales ha tratado de equilibrarse con la ampliación de comunicaciones telefónicas a familiares y abogados, pasando de las 8 reglamentarias a 15 llamadas semanales, así como la posibilidad de realizar videollamadas de 10 minutos de duración a través de smartphones controlados y custodiados por un funcionario, facilitados por la propia Administración penitenciaria. Además, se establece la gratuidad de estas llamadas para aquellos internos sin recursos económicos. De esta manera se garantiza la accesibilidad de todos los internos a las llamadas y la continuidad del contacto con sus familias y abogados defensores con los que podrán comunicarse a través de videollamada o videoconferencia RDSI mediante mecanismos implantados por los Servicios de Orientación Jurídica.
También se han mantenido las comunicaciones escritas con el exterior, método que aunque en la actualidad cada vez es una forma menos frecuente de comunicación, en este caso ha sido un apoyo importante para los internos. Tal es así, que en varias prisiones ha surgido la iniciativa por parte de muchos internos de utilizar este medio para mandar mensajes de ánimo a los hospitales y residencias de mayores. La reacción ciudadana ha sido tan positiva, que los propios internos han recibido numerosos dibujos y cartas de agradecimiento, transmitiendo su apoyo y solidaridad a los que viven un “doble confinamiento” en prisión.
Todo este material ha dado lugar a un proyecto final denominado “Cartas desde el confinamiento” cuya idea principal es hacer del confinamiento una reflexión de vida.
El impacto del coronavirus en nuestra sociedad ha ocasionado un impacto de dimensiones inimaginables, del que aun nos estamos recuperando. Para los internos, ha supuesto una restricción aun mayor, limitando una de sus conexiones fundamentales con la vida en libertad. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, el ser humano ha mostrado una vez más poseer una capacidad de adaptación extraordinaria; sin dejarse arrastrar por las circunstancias, los internos son capaces de demostrar su lado más solidario y exprimir todas las posibilidades existentes para mantener su contacto con la sociedad.